viernes, 15 de abril de 2011

capítulo 87: Teo se levanta en armas junto al ejército de Carapintadas

































Todos tenemos algún que otro muertito en el placard, cosas de las que nos arrepentimos, épocas en las que estábamos medio en cualquiera.  Para Teo sin dudas, un gran ejemplo de esto sería cuando se empezó a juntar con unos milicos, mientras promediaba la década del ochenta.  En realidad él no sabía que eran militares, ni se cuestionaba ni preguntaba demasiado.
Teo, que en los setentas había militado en la izquierda activamente siendo parte de Montoneros (ref. capítulo 35: Teo y su papel en la contraofensiva estratégica del ´79), se había alejado un poco de la política y se había acercado más a la pavada.  Hablaba de fútbol, se juntaba a comer asados con quien fuese, sus discursos carecían ya de contenido ideológico.  Entre los tipos con los que compartía alguna que otra comida, se encontraban un tal Aldo y otro al que le decían Mohamed Alí.  Estaba claro que estos dos eran líderes natos.  

En febrero de 1987, y en una reunión clandestina celebrada en el barrio de Chacarita, algunos de estos tipos empezaron a hablar en secreto, todos con cara de serios, como si hubiera pasado algo o estuviese por pasar.  Teo pensaba que se estaban confabulando en su contra para tirarlo a la pileta y empezó a correr en círculos mientras que gritaba "Piedad por dios, elegid a otro, yo tuve mononucleosis!!".  Todos lo miraron azorados ya que no era eso lo que pasaba.  Aldo tomó la palabra y le explicó "Mirá Teo, estamos planeando un golpe de Estado, ¿como la vez?".  Y Teo, que le encantaba el bardo y no andaba muy pensante, contestó "Si esto va a dejar anécdotas, me anoto".

El 20 de abril de 1987, en Campo de Mayo, estalló en plena Semana Santa el levantamiento "carapintada" (en referencia a que los sublevados tenían sus rostros pintados con camuflaje de guerra), liderado por el Teniente Coronel Aldo Rico.  Teo sin saber bien porqué estaba allí, hacía chistes, o cebaba mate, y opinaba de lo que iba pasando.  
Tras 3 días de insurrección el presidente Alfonsín (el cual estuvo secuestrado algunas horas por los insurrectos y llegó a mantener un interesante diálogo con Teo acerca de licuados multifruta) negoció la rendición de los rebeldes, y, aunque Rico fue detenido, los facciosos ganaron la partida, imponiendo condiciones a un gobierno jaqueado por el establishment económico financiero local e internacional. 
Al finalizar la jornada el presidente le habló a una multitud en Plaza Mayo con las históricas palabras: "Felices pascuas... la casa esta en orden".

Poco tiempo después Teo se avergonzaría por los hechos al tomar conciencia de lo sucedido, y comenzaría a sentar las bases de su nuevo pensamiento político, el cual lo llevaría a Presidente en el 2023 [ref. capítulo 1000: Teo por fin asume la presidencia (y con un discurso histórico)]
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En la foto, Alfonsín es escoltado por un grupo de carapintadas tras la negociación.  En el fondo, junto a un árbol, Teo hace jueguito con una pelota Macu. 

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