domingo, 10 de abril de 2011

capítulo 38: Teo es federado de voley


Teo venía metiéndole.  No paraba un minuto.  Repartía correspondencia para una consultora en políticas sociales por las mañanas, luego trabajaba en su propio estudio por las tardes (pintaba cuadros ´locos´, esos que si forzás la vista se ve una imagen en 3D...). A la noche siempre cenaba con gente, si pintaba #LoQueSea salía "cargado", estaba medio sobre-excitado todo el tiempo, es verdad, sin embargo parecía que venía bien.  Peeeeeeeero...
Teo estaba todo paranóico por dentro, primero empezó a acusar a la gente de tramar a sus espaldas, hablaba de una teoría conspirativa, que lo querían perjudicar...o destruir... su ex mujer... raro todo.  No estaba nada bien ese muchacho en  la aquél momento. Si lo veías, te juro, daba ´esquizo´.  Gritaba todo el tiempo, no escuchaba nada (justamente porque gritaba todo el tiempo), cuando estaba en pedo ya casi no se le entendía, fumaba a lo bestia,  decía "merca-garchar-sida" en cada frase.  


Daba casi para correr para el otro lado si te lo cruzabas en la calle por la noche (de día dormía).  
Se quería encamar con todo el mundo aparte, in-so-por-ta-ble.  Md encima SIEMPRE.  Un manija.  
(...le tiraba besos a todos... se cagaba en los amigos... yo casi le suelto la mano y sabía que no iba a ser ni el primero ni el último.  A punto estuvimos de tomarnos a golpes de puño una noche de karaoke en castorera por una insignificante discusión acerca de nombres de razas de ganado, cosa que ambos sabíamos positivamente que el otro desconocía por completo, y a todo esto los dos creyendo durante buena parte de la disputa que en realidad de lo que allí se hablaba era sobre si el café es efectivamente  un estimulante o, si por el contrario, su efecto es puro placebo).
Por suerte Teo no estaba solo, decí que aún era muy querido por algunos,  si no se iba al carajo en serio.  Lo sostuvieron sus amigos, la gente que se re copani, el grupi chicu, los selectis...
Fue uno de su círculo íntimo (su hermano) que le recomendó: "Aflojá con la neurosis, tranquilizá la cabeza... dejá de drogarte así... estás inventándote problemas pelotudos que te hacen perder el tiempo en un autoboicot dramático y sistemático, y todo para no resolver tus problemas reales, como la autofinanciación, los gigasamplers, la realización profesional, el gin tonic".  - "Si te vas a arruinar la vida, porqué no le metés pata? Volvé al casino, ponete un tirito...".
Teo no escuchaba, seguía en la suya... esa misma noche, pocas horas más tarde, estaba en Niceto transando con la ex novia de un amigo y una especie de putón paraguayo (creo) en el medio de la pista B, pero en plan metiendo mano, subidito el showcito de los chicos, lindo de ver pero un pelín patético.
Cuestión un día le dio un bobazo que casi lo liquida: estaba regando las plantas en lo de su tía abuela (era un horror de ser pero conservaba ciertas cosas) cuando tuvo un pequeño paro cardíaco que casi-la-queda-el-pelotudo antes de cumplir los 30. 
Llegó el Dr. Spector a su propio consultorio (Teo ya estaba allí hacía días vaya uno a saber porqué) y le dijo: "Te estás matando nene, hablemos de esto", y luego le espetó "Mil de hotmail y mucho voley.  Cero morley. (Y cien de cocido)".
Teo empezó por el voley porque él tenía todo gmail (tenía la que usa siempre, la del laburo y otra vieja que era Teo1992aguantelosredólaconchadelalora24@gmail.com la cual ya no usaba).  Lo único que estaba claro es que hotmail brillaba por su ausencia.
Se fue para el Groove de la Armada medio pensando que el voley era cualquiera, que era de chetos, que él no se coparía ni allí... pero en cuanto le dieron una pelota todo cambió, se puso re content y empezó a demostrar supina destreza en el arte del remate borgeano, y destacado gorilismo en los saques y el enroque corto.
Se metió a entrenar a lo bestia, 4 o 5 veces por semana de verdad, empezó a frecuentar otros lugares, otra gente, a comprar otro tipo de pilchita.  Por ahí se ponía un jeancito piola, una camisita piola... si fumaba, fumaba Virgina Slim... se metió en una que era un espanto, honestamente. 
Un buen día se le presentó su gran entrenador (y dealer de porro) y le dijo "ya está, ya sos... a partir de ahora sos federado de voley".  Teo feliz.
Su tía abuela no lo podía creer cuando él se lo contó.  No lo podía creer o nunca entendió que era eso de ser federado de voley, porque lo cierto es que la anciana lucía entre confundida y contenta la mayor parte del tiempo, estaba sorda prácticamente por completo y tenía alzheimer, tampoco es que estaba muy conectada con "la realidad" que digamos.

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