sábado, 24 de septiembre de 2011

capítulo 349: Teo se relaja

Cuando Ricardo Darín me ofreció un riñón me pareció semi desubicado. Estábamos en la entrega de los premios Torquemada y mis viejos entregaban la terna “Franja de Gaza”. Logré salir ileso de tamaña secuencia pero al rato los Miranda! arrancaron su show con una secuencia aún mas horrorosa. Nunca me gustaron los Miranda!. Ale Sergis siempre quiso que lo nombrara en mis historias y lo hago sólo para demostrarle que no lo ignoraba por despecho sino por decisión. La misma que me obliga a contarles mi terrible historia:

Fue en Nimrod que generé aquel observatorio. Todos iban a allí en los ochentas y a nadie le daba vergüenza ser tríada. Todos ERAN TRÍADA EN AQUEL ENTONCES. 
El Negro Álvarez siempre pintaba en La Cueva y me relajaba con su humor profundo. Grande El Negro. Después aprendí a ser formal y cortés. Corto Maltés.

capítulo 678: Teo es oficialista

De Teo podían afirmarse varias cosas, pero de ninguna manera cosas importante.  Se sabía de su hábito de jugar con arena mojada, de la costumbre de leer el periódico en papel sentado en el inodoro durante horas, o de su pasión por cortar el cafe con leche humana, pero poco se decía en aquellos días de su pensamiento ideológico.
Nunca estuvo muy clara su ideología política, y esto quedó develado cuando en las últimas elecciones presidenciales votó por Mac Phantom.
Al salir del cuarto obscuro la última vez, de repente se puso a cantar Eros Ramazoti, cuestión que aún deambula entre lo inexplicable y lo no deseado.
Teo jamás chekeaba el correo basura. 
Salió de su casa aquel domingo y se dirigió a paso firme en dirección sur por más de una hora.  De repente, como recuperando la cordura, volvió sobre sus pasos al tomar consciencia de que en realidad se dirigía a la vuelta de su domicilio.
Se acercó hasta el Centro de Reducción de Ego de la Ciudad de Buenos Aires, que continuaba vacío desde su creación.  Entró y pidió por la máxima autoridad.  Apareció un ser diminuto, del tamaño de una moneda, que repetía una y otra vez "Tiene Ud. razón".  Emanaba un ligero aire de desconfianza.  Teo lo indagó:
- Considero que Latinoamérica toda vive un momento histórico, del que tomaremos real consciencia en unos años... los líderes políticos de centro izquierda que gobiernan casi todos los países del cono sur, mediante inclusión social, educación, y unidos entre sí, comienzan el último bastión, el gran acto de lo que será recordado como el final real a más de 500 años de colonialismo y esclavitud económica y política.  La libertad está cerca, el viejo sueño de San Martín se asoma en el horizonte!

El pequeño ser lo escuchaba con atención.  Lo detestaba cortésmente.
Luego de unos segundos, este se deshizo fulminado por un paro cardíaco.  Sus últimas palabras fueron "QUE!?!?!?!?!?", dado que era estaba completamente sordo, luego de años en discotecas.
Teo sonrió pensando "el poder de los monopolios asusta, pero venceremos".

capítulo 68: Teo necesita ser parte del Rock Nació Mal

Cuando salí de la placenta pensé “esto es pura química”. No hizo falta que me digan que me muero por tener algo contigo. Instantáneamente me dieron el libreto. Era justo lo que esperaba. Obviamente en esa época no se estilaba el desagradecimiento. Eso ya lo sabía, pero aún así me ofrecí como armador. El volley siempre fue folklore en mi familia. Dos a uno fue el primer partido. Dos a dos fue el segundo y ahí me bajé. 
Años después, en un juicio oral, reflexioné sobre el gatillo fácil y pensé “Qué juego feo la guerra. Cuántos pájaros muertos..” 
Un año antes de nacer, le ofrecí a Charly García ser su road manager. Inofensivo yo, que pretendía el salario mínimo. “Al salar de Uyuni” gritaba García. Luego de eso salió Clics Modernos. La “S” era por Mi. “De mi” salió en “Parte de La Religión” y aún hoy pienso que me debe algo de SADAIC. Qué se yo. Me siento inmortal. Jodete, si te jode.