Aquella mañana llovía de abajo hacia arriba, una vez mas. Teo disfrutaba mucho ésta anomalía climática y siempre se instalaba algún protector de pantalla para disfrutarla. Aún dormido, abrió el cajón de la mesa de luz y buscó sus órganos, que siempre se los quitaba al irse a dormir. “Hoy voy a experimentar la sinestesia” se dijo y se puso los ojos en la cavidad de las orejas y sus orejas en la cavidad ocular.
Recogió el diario y se puso a escucharlo, mientras veía música clásica por la radio.
“Esto es mas coherente, definitivamente” confirmaba Teo y se oía en el espejo del living.
Recogió el diario y se puso a escucharlo, mientras veía música clásica por la radio.
“Esto es mas coherente, definitivamente” confirmaba Teo y se oía en el espejo del living.
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