lunes, 11 de abril de 2011

capítulo 4: Acerca de como Teo adquiere un controlador Midi, un reproductor VHS y un beso en la boca

Parte 1: El beso en la boca

Al finalizar sus vacaciones en Hawai, Teo regresa a la Argentina sin trabajo ni certeza alguna sobre que es lo que quiere hacer con su vida. El 24 de febrero de 1945 el Teniente General (en ese momento Coronel) Juan Domingo Perón resulta electo por primera vez como presidente de la República Argentina, y junto con él se inicia un nuevo período histórico del país que durará 100 años justos (no hay mal que dure más de 100). Teo estaba anonadado por lo que veían sus ojos... las masas trabajadoras habían encontrado en este militar un líder, un representante, un guía espiritual en quién depositar todas las esperanzas, y salían a las calles en cualquier momento que hiciera falta para escuchar o defender a su gurú masivamente.
Los jóvenes también comenzaron a interesarse por la política, luego de históricos años nefastos de exclusión y rechazo por parte de esta hacia ellos.
"Momento loco" pensó Teo, que nunca se mataba con las reflexiones.
El nuevo movimiento, llamado por el mismo Perón "Justicialismo" o "Peronismo", parecía una alternativa válida, una alternativa argenta pero copada ante la disputa que se desplegaba en el mapa político internacional "ni yankees, ni marxistas, PERONISTAS!" se oía desde el seno de la casa rosada.
Teo se da cuenta de que la argentina está prosperando, no en términos industriales quizás, mas sí en términos humanos, en términos sociales, económicos y políticos. Piensa en que puede hacer él en el medio de todo este movimiento, pero no se le ocurre nada. Finalmente opta por colaborar en una especie de centro de caridad al cual asiste una chica visca pero muy tetona que lo tiene todo tonto. Una tarde, mientras doblaba manteles de Jehová para pobres y mestizos irrumpió en el centro una mujer impactante... una verdadera Mujer de unos 26 o 27 años, con una actitud, una forma de hablar y desenvolverse, que era realmente para ´alquilar balcones´. Estaba custodiada, Teo no compredía quién era esta figura del horror que lo tenía cautivado de esta manera. Incluso justo en ese momento se le acercó la visca que le gustaba y le preguntó "Teo ¿querés que esta noche nos vayamos a tomar un campari y después ver si pinta darse?", pero Teo pasó olímpicamente de ella, solo atinó a moverla con el brazo como para que no molestara con ese murmullo insoportable y esa voz de gallina... ahora estaba completamente enamorado de esa nueva forma de ser mujer que tenía delante, esa mezcla perfecta de ímpetu, arrogancia, talante, calle, autosuficiencia y conciencia de especie... esa mujer no era otra que Eva Duarte de Perón, la esposa del presidente. Para qué...
Teo obsesionó con que se la quería levantar, "esa mina tiene que ser mía" decía, "a esa mina le hago un bepi" o "yo con esta mina al lado arranco posta". 
Un día un amigo le cuestionó "Decime Teíto, para que te metés siempre en quilombos?" y Teo le contestó "para recordarme que estoy vivo, y no aburrirme!".
Al sábado siguiente Teo la siguió a la Eva todo el día. Primero a un nosocomio, después a los fichines, y por último hasta la casa de Hortensio Quijano, Vicepresidente de la República. "Ésta es la mía!" exclamó Teo para sus adentros al descubrir hacia donde se dirigían, dado que tenía una buena relación con la familia Quijano, ya que la esposa de Hortensio era amiga de la madre de Teo. Tocó el timbre sin más que un caradurismo extremo, y mucha ilusión, y se quedó congelado al ser recibido por la misma María Eva. 

Eva: - Si?
Teo: - Uffffffffff... Wow... hola, soy Teo"
estaba más colorado que nunca, no se le ocurría que decir, de repente se dió cuenta que el plan no era bueno, o lo que es peor, ni siquiera había plan! estaba ahí todo rojo sin saber que decír.
Eva: - Que se le ofrece joven?
Teo: - Eeehhh... mirá... yo se que puede sonar a chamuyo, la verdad es que casi no nos conocemos...
Eva: - No nos conocemos...
Teo: - Un poco sí! nos cruzamos en el centro de caridad de Combate de los Posos hace unos días... yo te pregunté si habría helado luego, y vos me dijiste que si te estaba cargando o qué...
Eva: Ahhh Sí! me acuerdo! Como me hiciste reír madre mía...
Teo: Por eso, quisiera no ofenderte con lo que te voy a decir, pero es que me invade un sentimiento de amor incomparable con ningún otro el cual gobierna mi psique desde que te vi por vez primera - Teo iba reorganizando sus pensamientos, de repente volvía a sentirse ´en el partido´.
Eva: ...
Teo: - Yo se que sos casada, y tampoco se que podría ofrecerte yo, solo se que me volvés loco, que sueño con vos, que te amo mil aún si conocerte, y que si me permitieras conocerte haría TODO lo que estuviese a mi alcance para hacerte feliz. - Teo ya tenía la confianza en un millón, y se decía para sus adentros con inusitada algarabía "hoy la pongo!"
Eva: - La verdad, joven de bellos ojos y puros sentimientos, tus palabras me halagan, me gusta que me piropeen como a cualquier mujer, pero tampoco como vidrio. Vos me decís hoy esto a mi, y mañana se lo decís a la próxima que te la para. Yo te propongo ir más a los bifes. Acercá tu boquita y veamos como besas... - Y al terminar estas palabras Eva  metió su lengua dentro de la boca de Teo. Se besaron bien, los dos lo gozaron. Aquellos segundos parecieron hermosas horas para Teo. Al cabo de un momento Eva se echó para atrás y le dijo "Si en un año no iniciamos la etapa final de la revolución social que comenzó con en el país y terminará con el resto del mundo, venime a buscar y nos matamos en un cuarto de hotel. De amor, nada por ahora".
El joven Teo suspiró y con lágrimas en los ojos le dijo "GENIA TE AMO!"

Parte 2: Cómo consigue un reproductor de VHS

Teo aún sonreía gracias a las declaraciones de amor de Eva Duarte pero también se sentía cansado de tanta aventura del corazón. Necesitaba dormir un rato y eso hizo.
Se despertó en diciembre de 1989. Los conceptos que había adquirido sobre el peronismo ya no encajaban del todo con la nueva presidencia que estaba viviendo su país al despertar. Ahora el presidente usaba patillas y liberaría genocidas más adelante.
Saltó de su hamaca uruguaya y planchó su flequillo estilo “Desembarco de Normandía”. Le encantaba esa moda. Luego se fue a caminar por su barrio y descubrió que ese día había “Venta de Garage”. Todos los vecinos sacaban a relucir sus poco relucientes pertenencias para venderlas a precios ilógicos.
-Buen día Teo, ¿deseas comprar a mi suegra?- decía Ari Paluch, el carnicero del barrio.
-Teo! Acercate, fijate si te interesa alguno de mis mapas división política del primario! Aún falta colorear algunas regiones!- gritaba Felipe Solá, un troesma amigo de la familia.
-Reproductores! Todos los formatos! Vengan a ver!- exclamaba un señor petiso y bastante alto, que Teo no lograba reconocer. Se acercó muy intrigado.
-Buenas, me gustaría ver los reproductores.- le dijo Teo mientas relojeaba los aparatos.
-Faltaba mas, ¿qué anda buscando? Tengo éste que es genial. Reproductor de HPV.- ofrecía el vendedor.
-Mmmh. Me interesa pero creo que faltan unos años para que se ponga de moda ese virus.-
-Bueno, entonces tengo uno que se usa mucho ahora, fin de los 80`s. Reproductor de HIV, estilo Federico Moura.- insistía el hombre.
-¿No tenes algo más sano?- se impacientaba Teo. Y prosiguió: -¿Qué tal ese aparatejo rectangular con abertura y cable RCA?-
-Esto mi amigo.. Es el mejor invento desde la invención de “la abuela”. Se llama Reproductor de VHS. Y creo que es justo para ud.- vendía sin parar aquel siniestro personaje.
-Es justo para mí. ¿Cuánto le debo?- 
-Nada. Es suyo. Tiene un terrible hechizo que lo acompañará por el resto de su vida. Lléveselo y verá Ud. mismo la maldición que le genera al tragarse la cinta de un video alquilado. Jajajaja!- dijo por último y desapareció con un estruendo seguido de un humo denso y un fuerte olor a azufre.
“Joya” pensó Teo mientras se lo llevaba. “Re tobara”. Y volvió a su casa.


Parte 3: El controlador Midi

Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto. Estaba tumbado sobre su espalda dura, y en forma de caparazón y, al levantar un poco la cabeza veía un vientre abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, a punto ya de resbalar al suelo. Sus muchas patas, ridículamente pequeñas en comparación con el resto de su tamaño, le vibraban desamparadas ante los ojos.
Cuando Teo despertó esa mañana misma, siedo las 9 am del 32 de orfebre de 2009, era el Teo de todos los días, y a su lado, yacía inerte, un bello controlador midi.  Habían pasado toda la noche mirando videos en VHS de viajes de egresaditos en La Falda, Córdoba, de todos sus conocidos.  Aún en las penumbras el carismático Teo soltó...

Teo: - Amor…
Cotrolador Midi: - .…
Teo: - Gorrrrdiiiii… dormís?
Controlador Midi: - Mmmno
Teo: - No sabés que horrible sueño tuve… 
Controlador Midi: - Es aquel sueño en el que habías decidido comprarte un pantalon de rebaja y al llegar no quedaba de tu talla?
Teo: - No! horror! Soñé que era Gregorio Samsa!

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